sábado, 31 de diciembre de 2011

Meditaciones sobre una meditación

He estado escuchando las palabras de una grabación de meditación guiada... la voz de la meditación me dice, me recuerda, me invita a decirme:

Yo tengo un cuerpo... pero yo no soy mi cuerpo.
Yo tengo sensaciones y emociones... pero yo no soy mis sensaciones ni mis emociones.
Yo tengo pensamientos... pero yo no soy mis pensamientos.
Puedo ver a mi cuerpo, a mis sensaciones y emociones, a mis pensamientos, como nubes que recorren el cielo.
¿Quien soy yo?... soy lo que queda. Soy un centro de atención consciente, un testigo sin periferia.

Después de meditar pienso:

Tengo emociones y pensamientos que duelen. Tengo dolor... pero no soy el dolor. Si no soy el dolor quizá pueda aprender a tolerarlo... a ver que cosas tiene para enseñarme. Al final el dolor es parte de la realidad y parte de mi.




miércoles, 7 de diciembre de 2011

Sobre este valle de lágrimas

A ti clamamos los desterrados hijos de Eva; 
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.


Nacimos y vivimos en un verdadero valle de lágrimas. En este sitio a donde llegamos por ser humanos, son hechos inevitables y comunes el tener hambre, el pasar frío, el querer ser querido por alguien sin ser correspondido. No cuesta demasiado trabajo escuchar de alguien que fue asaltado, violado, maltratado o asesinado. Estamos en una vida en que en cualquier momento puedes quedarte sin comida, sin aire y sin agua; donde puedes enfermar de un segundo a otro, donde tu propio cuerpo puede atacarse a si mismo, o dejar de funcionar. Donde los padres pueden dejar de querer a sus hijos y los hijos ser incapaces de sentirse queridos por sus padres. ¡Un verdadero valle de lágrimas!
Quizá la parte mas cruel de este valle de lágrimas sea que no todo es feo y cruel. No están prohibidas las satisfacciones ni la belleza mas sublime. Hay tantas cosas agradables dentro de este valle que, a pesar de su crueldad y dolor omnipresente, vale la pena ser vivido. Pero para vivir en él, y sonsacarle lo que sea de agradable que podamos obtener, primero es necesario encontrar una manera de hacerlo tolerable; una forma de pararse en él que no sea tan dolorosa. Primero hay que encontrar una especie de postura antiálgica.
¿Como hacerle para encontrar esta postura? Lo único que me queda claro es que no hay una solución correcta, ni una receta que funcione a todo el mundo, ni un remedio que funcione en todo momento. Mientras busco mis bálsamos analgésicos volteo alrededor y encuentro mil personas con mil soluciones distintas. Cuando los veo hablar, gritar, golpear, trabajar, amar y odiar, incluso enfermarse y sufrir, lo que veo son distintas formas de encontrar una postura en el mundo que no duela tanto. Veo que cada quien encuentra su postura individual, y que la eligen tomando en cuenta las soluciones parciales que ven en la gente que los rodea: padres, hermanos, amigos, amantes, ídolos.
¿Cual es tu solución?, ¿como decides, momento a momento, pararte en este mundo para que no te duela y no te asuste tanto?... busca y refina tu solución, pero se consciente de que eso estás haciendo. Compártelas con los demás, pero no olvides que es solo una solución... y que solo sabes que es mas o menos efectiva para ti, no sabes que tan efectiva será para otros. Tampoco sabes si hay mejores soluciones que las tuyas. Y si no has encontrado aún una solución suficientemente buena, o si tu solución causa mucho sufrimiento a los demás: ¡busca a alguien que te ayude a encontrarla!