A veces me parece que vivir es complicado. Conforme vamos avanzando en la vida se nos van presentando diversas elecciones... bifurcaciones (¡o trifurcaciones!) en el camino donde hay que escoger. La cosa no sería tan complicada sino fuera porque el camino es usualmente de una sola vía... de un solo sentido: cuando escoges un camino automáticamente pierdes lo que sea que hubiera por los demás.
Cuando hay que tomar decisiones me gusta saber que es lo que está en juego, ¿cuál de las opciones es "la mejor"?, ¿qué estoy perdiendo cuando no elijo uno de los caminos?... y si me equivoco ¿mi vida se irá por el caño?... ¿hay caminos por los cuales tendría que renunciar a las cosas que quiero tener en mi vida?... la cosa se pone peor cuando evidentemente todas las opciones, todos los caminos, son una mierda; perder o perder... solo queda intentar adivinar en cual de las opciones se pierde menos.
De acuerdo a Car los Castaneda, un viejo chamán (Don Juan) recomienda observar cada posible camino... y teniendo en mente que ningún camino realmente lleva a algún lado, poner atención en cual de los caminos hay realmente "corazón"... y así seguir únicamente aquellos "caminos con corazón". Creo que es similar a la recomendación de Joseph Campbell: "Follow your Bliss"... sigue el camino en el que seas feliz, en el que te sientas extáticamente feliz. Creo que suena bien la idea.
La idea, creo, consiste en poner atención en lo que te dice tu corazón, tu intuición, tus emociones... tu mente inconsciente (tu parte sabia) como dirían los terapeutas ericksonianos. Y si escuchas y haces caso... "te alineas con el universo" de acuerdo a Deepak Chopra, entonces puedes tener la seguridad de que vas por el buen camino... ese camino que te toca y en el que conseguirás lo que estás destinado a conseguir (y que, de acuerdo a estas ideas, te hará sentir feliz y satisfecho con tu vida). Insisto, creo que suena padre.
Pero.... ¿cómo sabes que estás escuchando a tu corazón, a tu intuición?... ¿cómo estar seguro que estás siguiendo tu felicidad (bliss)?... especialmente cuando ponemos en el juego la presencia del miedo, de la vergüenza... y sobre todo de la culpa. ¿Y si metemos también en el juego las creencias y fantasías inconscientes de las que nos hablan los psicoanalistas?.... argh!