domingo, 7 de noviembre de 2010

Esta mañana te veo en el espejo


Esta mañana te veo en el espejo mientras ahí te miras,
pareces una persona totalmente distinta,
y sin embargo no puedo ver nada distinto ahí.
Cada día me sorprendes haciendo cosas de las q no te creía capaz,
(¡Por Dios!, ¿ves lo que estás haciendo ahorita?)
pensando imágenes y pensamientos distintos y nuevos,
observando emociones de extrañas intensidades...
¿te acuerdas que habías prometido ser diferente?,
¿o fui yo quien te hizo prometer?, ¿o yo soy las promesas?
Duele incluso escribir estas palabras,
Puedo imaginar mil y un castigos para ti y eso duele...
Pero, ¿quien puede castigarte si no lo hago yo?
¿quien luchará por códigos que ya solo yo persigo?
Antiguos códigos que me has ido enseñando a despreciar,
No, no despreciar sino transformar,
Como pétalos de rosa que se desprenden con bello aroma,
para dar lugar a nuevas flores...
nuevos códigos que siempre han estado ahí,
los verdaderos códigos, ni antiguos ni nuevos.
Duele verte luchar e intentar quitarte esa vieja armadura,
¡esa armadura de la que te sentías (¿te sientes?) tan orgulloso!
Duele verte atorado a medio cambio,
atorado con piezas que aún no sabes como quitarte.
¿Y quien soy yo si al volver a mirar en el espejo solo te veo a ti?
¿Quien soy yo?, ¿soy tú o esa armadura que luchas por quitarte?
¿o será acaso que simplemente no soy?

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